Estimados:
Este mes, aprovecho la oportunidad para alabar a Dios especialmente por todos nuestros pastores en la Misión Adventista del Séptimo Día de Nicaragua.
¡Ser pastor no es una vida fácil! Significa trabajar muchas horas para servir a los demás. Preparar un sermón requiere mucho trabajo, y eso no es todo lo que hace. También es responsabilidad del pastor, las tareas y responsabilidades de dirección, administración y atención pastoral.
Además, el horario es implacable. El pastor es responsable que se realicen los servicios de cultos los días que corresponden, días festivos y otros eventos especiales.
El pastor es una de las primeras personas llamadas en tiempos de emergencia. Y nunca puede predecir cuándo ocurrirán accidentes, hospitalizaciones o eventos trágicos, ya sea en medio de la noche o mientras está de vacaciones.
Aunque a la gente le gusta bromear diciendo que los predicadores solo trabajan un día a la semana, eso no podría estar más lejos de la verdad.
Nuestros pastores deben lidiar con situaciones difíciles y a menudo trágicas. En una semana determinada, es posible que escuchen sobre alguien que recibe un diagnóstico de cáncer terminal, un matrimonio al borde del divorcio o una muerte prematura.
Aunque los pastores saben que lidiar con estos problemas es parte de su llamado, no lo hace fácil. No es raro que esto se convierta en un desafío para su salud mental y emocional con el tiempo.
Y hay otros problemas que pueden causar estrés. Cuando trabajan con personas, ¡las cosas inevitablemente se complican! Los pastores deben lidiar regularmente con conflictos y dinámicas difíciles dentro de la iglesia.
No siempre es fácil ser la persona a la que todo el mundo acude con sus problemas y quejas. Eso es lo que hace que, exprese mi agradecimiento al Pastor, por ser tan importante y valioso su ministerio.
Nos acercamos a los momentos finales y culminantes de este mundo tal como lo conocemos. Nosotros, como adventistas del séptimo día, como la iglesia remanente de Dios, hemos sido llamados y se nos ha confiado un mensaje especial para la gente de la generación del tiempo del fin, hemos sido diseñados y llamados para servir, para ayudar a saber cómo pueden enfrentar los desafíos de la vida.
Como líder y servidor de Dios para la Misión adventista del Séptimo Día en Nicaragua, me uno a mis colegas en gratitud y búsqueda de la dirección divina para que con fe y pasión dediquemos nuestras vidas a la proclamación del mensaje del evangelio eterno, que se nos ha confiado para el nuevo año 2023.